PALABRAS DE CLAUSURA DEL
MAGÍSTER EN DERECHO DE LOS NEGOCIOS INTERNACIONALES
Por Juan Miguel Castillo Roldán
Señores:
Decano Raúl Canosa
Director Dr. Fernández Rozas,
Coordinador Dr. Fuentes Camacho,
Catedráticos,
Profesores,
Doctores de la Universidad Complutense de Madrid,
Compañeros,
El proceso de expansión acelerada
del capitalismo se intensificó a partir de la segunda mitad del siglo XX,
trayendo consigo la flexibilización e internacionalización de los procesos
productivos. Ello permitió la construcción de una nueva superficie en la que
los operadores privados asumen papeles protagónicos e interactúan de forma
libre y activa a escala global, cada vez más alejados de los márgenes normativos establecidos por
los ordenamientos nacionales, cuyas reglas imperativas ahora sólo se limitan a
la salvaguarda de derechos y garantías fundamentales, la protección del interés
general, el orden público, y la preservación de marcos jurídicos esenciales
reguladores de esas relaciones contractuales y extracontractuales con el fin de
mantenerlas operativas y bajo cierto orden funcional.
Esta dispersión geográfica
del capital, la tecnología y las fuerzas de trabajo ha creado, básicamente, una
especie de “shopping center global”,
metáfora introducida por el autor Octavio Ianni[1],
similar a la conocida idea de “la aldea
global” ya propuesta por Marshal McLuhan[2]. No
se trata de otra cosa más que el nacimiento de un mundo en el que todas las
economías se conectan y se establecen con vínculos de interdependencia.
Los negocios internacionales
constituyen la punta de lanza de todo este proceso, y su análisis jurídico-sistemático
es lo que permite entender su naturaleza, las fuentes de sus reglas, sus
ventajas y sus deficiencias. El Magíster que hoy clausuramos es precisamente el
primer y más importante paso en el estudio y el ejercicio profesional dentro de
esta gran esfera que constituye la materia del Derecho de los Negocios
Internacionales, cuyo amplio contenido ha sido meticulosamente desarrollado por
nuestros profesores, quienes explicaron con sólido rigor académico cada
elemento detrás de la arquitectura jurídica actual del comercio internacional.
Sabemos que no ha sido
fácil, pues el tráfico internacional de bienes y servicios adopta una enorme
multiplicidad de modalidades, se nutre de cierta variedad sistemas jurídicos de
raíces muy distintas como el common law
y el derecho romano-germánico, y se encuentra sujeto a las innovaciones
tecnológicas que inciden tanto en el contenido de los contratos como en su
forma.
Ya no sólo se puede hablar
de compraventa de mercancías tangibles como materias primas, ya no sólo se
puede hablar de prestaciones de servicios directos con traslado internacional
de los prestadores o prestatarios. El comercio de bienes inmateriales,
productos digitales, prestaciones de servicios a distancia y celebración de
contratos digitales multiparte en varios Estados, son una realidad con una
regulación jurídica internacional que le cuesta marchar a pasos tan veloces. A
esto se le agregan, por un extremo, las deficiencias de la petrificación de las
normas en leyes y códigos, por otro extremo, las dificultades propias de una lex mercatoria en forma de soft law que no se encuentra lo
suficientemente delimitada, y en el núcleo de este vórtice, los problemas
típicos, y aparentemente ineludibles, de la imprevisibilidad de las normas de
conflicto, la falta de coordinación suficiente de la competencia judicial
internacional, y los inconvenientes eventuales en el reconocimiento y ejecución
de resoluciones judiciales de un Estado a otro.
No obstante estos desafíos
inherentes a la materia, nos sentimos privilegiados de haber contado con las
enseñanzas de grandes y talentosos profesores bajo el techo de la prestigiosa
Universidad Complutense de Madrid. Con ellos hemos logrado aprender cómo
circulan en el tráfico internacional los bienes, los servicios, las
inversiones, los pagos, las sociedades comerciales, las decisiones judiciales y
los procedimientos arbitrales, tomando en cuenta los nuevos regímenes derivados
de los movimientos de integración regional, los regímenes especiales emanados
de normas comunitarias, los regímenes basados en tratados internacionales
multilaterales y bilaterales, el marco previsto por entidades como la
Organización Mundial del Comercio, y muchos más.
El material no ha sido poco,
y tampoco lo han sido las observaciones surgidas a propósito del derecho
comparado que, como método, ha sido una manifestación oportuna de la
convergencia de varias nacionalidades en estas aulas. El resultado ha sido
afortunado para el objeto del presente Magíster, porque son muchos los
kilómetros viajados por los estudiantes para ser parte de este programa, pero
son aún más las satisfacciones de haber compartido una experiencia de tanto
enriquecimiento académico y humano, salpicado de tanta diversidad cultural.
Son estas las mejores
recompensas que nos llevamos al finalizar este programa. Algunos cruzaremos el
Océano Atlántico, otros permanecerán en España y otros retornarán a sus
respectivos países europeos, no solamente con la intención de regresar al hogar
y continuar en los rieles del ejercicio profesional, acompañados de nuevos
conocimientos del mundo de los negocios internacionales, sino además, con
responsabilidades de aportar al desarrollo de la materia desde distintas
perspectivas.
¿Cuántas lecciones de los
módulos impartidos iniciaban con referencias a procesos incompletos o fallidos
de unificación y armonización de la normativa internacional, o al limitado
alcance material o regional de los tratados internacionales, o a las reducidas
ratificaciones de esos tratados? ¿Cuántas de esas explicaciones no alertaban
sobre la necesidad de aplicar normas de ordenamientos nacionales a situaciones
completamente internacionales, ya porque no hubiese norma internacional aplicable,
o cuando la hubiese, ésta designase como aplicable una ley nacional?
Por todo ello, nos
corresponde hacer uso de nuestros recién adquiridos conocimientos para
insertarnos en el mercado del comercio internacional con una responsabilidad
ética para con el mejoramiento de la seguridad jurídica. Ya sea ocupando
posiciones relacionadas a organizaciones internacionales vinculadas al comercio
internacional, organismos gubernamentales de comercio exterior, sociedades
exportadoras e importadoras de productos y servicios, empresas multinacionales,
asociaciones privadas de carácter profesional, entidades de resolución
alternativa de conflictos, despachos de abogados, universidades, o cualquier
otro medio, podemos desempeñarnos como entes de cambio, como impulsadores de
iniciativas para la elaboración de proyectos destinados a subsanar esas
deficiencias de la regulación del comercio internacional que, gracias a este
Magíster, hemos logrado identificar.
Es necesario reconocer que del
adecuado funcionamiento del sistema instaurado por el actual modelo económico
capitalista, que rige en considerable parte del globo, depende la fluidez de
los negocios transnacionales que, bien manejados, ofrecen oportunidades de
acceso, expansión y crecimiento a las economías nacionales a través de sus
pequeños, medianos y grandes operadores, lo que puede ulteriormente contribuir
a la consolidación de una economía global más estable, pero ello es solamente
posible bajo el manto de la seguridad jurídica proporcionada por reglas bien
confeccionadas y bien administradas con responsabilidad ética.
Para finalizar, expresamos
nuestra intención de acoger y poner en ejecución con impecable integridad
nuestros nuevos estudios, esperando hacer sentir orgullosos a los Doctores José
Carlos Fernández Rozas, Víctor Fuentes Camacho y a todos los extraordinarios profesores que fueron parte de esta
inolvidable experiencia formativa, quienes han dedicado admirable tiempo y
esfuerzo para dotarnos de las mejores herramientas para desenvolvernos
competitivamente en la práctica de la abogacía del comercio internacional, por
lo cual agradecemos sinceramente a ellos y a nuestra nueva alma máter, la Universidad Complutense de Madrid.
Por mi parte, como hijo de
la República Dominicana, una cálida tierra ubicada en el mismo trayecto del sol,
estribo y corazón de las Américas, agradezco profundamente a mis queridos
compañeros españoles, panameños, chilenos, colombianos, venezolanos, argentinos,
franceses y rumanos, el haberme honrado con el honor de pronunciar estas
palabras de cierre. Les felicito por su excelencia académica y humana, y les
felicito por ser fieles representantes de lo mejor de cada uno de sus países,
porque sé que serán un orgullo para sus patrias y sus familias. Les invito a
celebrar con alegría la clausura del Magíster en Derecho de los Negocios
Internacionales y despedir con un “hasta luego” a los profesores y compañeros,
nuevos amigos y colegas, sabiendo que estaremos separados por fronteras nacionales,
pero unidos por un ideal común de realización personal y éxito.
Muchas gracias.
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